LOS BRAZOS DE LA VENUS DE MILO
Suelto imprecaciones. Cada vez
más a menudo. He vuelto a fumar. Vivo la bulimia nocturna. Estoy en una
permanente ansiedad que me obliga a vigilarme desde muy cerca. Comienza a caer
la noche y mi organismo mental se altera hasta insospechados infinitos. Vago
errante por la línea que divide la razón y el delirio, sin encontrar en cuál de
ellos afianzarme para hacer pie.
Me enfundo en planes absurdos
que me permitan encontrar sosiego y calma. Infusiones, cápsulas amargas,
jarabes para gente que no tose sus problemas, sino que los guarda en una
habitación, primero en el salón, luego si todo sale bien, en el desván.
Camino deprisa por la vida, los
días son tan cortos como largos se muestran mis temores. Debíera de sentir que
mi figura es más ligera, más alta, menos molesta en su configuración. No, no
puedo engañarme de esta manera. Mis piernas me han permitido correr lejos de
problemas graves, menos graves o gravísimos. He escapado de gente que me
quería, también de gente que no me quería. Incluso he huido de gente a la que
era totalmente indiferente. Ha sido así. Es así.
Caminé por el estrecho bordillo
de la acera para llegar hasta los destinos más remotos, extraños y únicos que
mi imaginación pudo encontrar. Alocadamente, subí escalones que prometían un
descanso reparador a su final. También bajé cuestas que esperaba fueran
misteriosas y fascinantes. Mis piernas jamás se quejan de sostener a este
cuerpo que se proyecta en cualquier espejo que encuentre en pupila ajena. Son
resistentes y poderosas, sensitivas y filosóficas. A través de ellas soy capaz
de distinguir si alguien me sigue, me persigue o me observa. Su dolor constante
varía un poco en tales circunstancias, volviéndose hormigueo, punzante latido o
pesadez extrema. Ellas conceden
veracidades a deseos de quedarme en un paraje, o de alejarme para siempre. Mis
tacones se adhieren al suelo para tomar impulso, pues saben la falta de
sostenibilidad que acuso de vez en cuando. Pero mis extremidades inferiores son
las menos inferiores de mis extremidades.
Me han permitido saltar, bailar y rodear algún talle masculino. Se han
dejado acariciar, besar y recorrer por manos ajenas. Mi mente ha recurrido a
ellas y se han dejado conducir, sumisas, hacia posturas en lugares, poco o nada
recomendables. También abandonar el estado inicial para encontrar otros más
generosos en dádivas.
Pero son mis extremidades
superiores, las que no aparecen. Así no tengo manera de hacer cosas por ti, de
resolver dilemas esféricos, hablando de la teoría de cuerdas no arpadas, de
mullir descansos intranquilos, mientras acaricio locas ideas y te limpio con un
susurro que todo irá bien. Siento rabia al no cocinar tu respiración, al no
peinar tus mañanas, a no doblarte el embozo bordado de los besos. Turbulenta en
medio de la hora de tu visita, no me contemplo bien en medio del suelo
ajedrezado de la entrada. Soy una miope pieza que desconoce el movimiento asignado.
Confío en mis piernas, capaces
de izarme a la cumbre más alta del desprecio positivo y de la estima negativa.
Confío en que me impulsen para no rodar hacia pozos de los cuales no podría
nunca salir de nuevo. Confío en que no me encuentres, aunque me busques. O todo
lo contrario. Yo no pienso hacerlo, no tengo brazos para sostenerte, ni
fuerzas, sensatez, ni ganas. Si me ves caminando noctámbula y apresurada a tu
lado, ¡abrázame tú!
¡Siempre, siempre, siempre, me
alzaré de puntillas hasta besarte!
Comentarios
Espero no merecer nunca una bofetada porque jamas daré motivo para que me la den y deseo una caricia, sea a una mano o a dos, porque entonces es que la persona que me la da me quiere decir algo bonito sin necesidad de palabras.
Me ha encantado,
Un beso
Son importantes los brazos, junto con las manos, abrazan y acarician, calman y definen...
¡Que no se usen para abofetear será siempre lo deseable!
Un saludo!
Mi abrazo por este comentario, amiga!
Me gusta eso de peinar tus mañanas.
¿Qué haría yo sin brazos que sostengan esas manos que son mi luz?
Feliz domigno y cuídate.
Besos, amiga.
¡Y buen comienzo de semana, amigo!
A mi también me ha encantado.
Tienes aquí un lindo mensaje subrepticio... y el relato es estupendo para encender pensamientos y conclusiones.
Un beso enorme Susi.
Has traído calidez con tus letras!
Bicos!
Me ha encantado este texto. Claro que eso te lo he dicho unas cuantas veces y, creo, seguiré haciéndolo cada vez que me deslice por tus letras a la busca y captura de ese abrazo puntilloso. Porque tus narraciones aun teniendo de todo y siempre consigues más registros, más situaciones verosímiles que a cualquiera de nosotros se nos pasarían de largo. Tu radar siempre captura nuestras emociones. Emocionante.
Tu forma de describir (no me repetiré y volveré a aquello de lo mucho que me gusta, de lo tanto que te envidio) nos convierte en espectadores de una película, en oyentes de un programa de radiofónico nocturno, de lectores de una biblia pagana, de observadores de un anochecer infinito, de capturadores de sueños y de portadores de antídotos contra las pesadillas más acuciantes. Pero lo que más me impacta es que sentarme y admirar tu prosa es como entrar en una galería y conocer al autor, entonces pinto, y a su obra, entonces lienzo. Miro tus letras como el que contempla un cuadro expuesto. Observo tu comportamiento, por el de tus personajes, y soy incapaz de no descubrir alguna novedad, algún hábito, algunos comportamientos de esos a los que resucitas en tus textos-cuadros.
Este texto me ha gustado sobremanera, como sobrenatural es cada cosa que tocas y cada tocamiento que conviertes en literatura álgida, o algo así.
Es un placer leerte, formar parte de tu obra, y que tu obra forme parte de mis días.
Gracias por la oscuridad y por la luz...
Mario
Besos.
existen sentimientos que, para qué negarlo, nos alzan más allá de las puntas de los pies.
Abrazos "puntillosos"!
me encontré en la galería de arte a la que aludes, con la diferencia de la autoría de las obras artísticas.
Nos leemos?..!
Versos escogidos que hablan de un hermoso refrescar al deseo.
Un fuerte abrazo!
No existe casi nada mejor que poseer abrazos.
Mil saludos!
Sin brazos no tendrias manos y sin manos no podrias peinarte,las manos son hechas para acariciar, para dar pero también para recibir al otro con amor, lo contrario es un invento equivocado de los hombres
Un abrazo
Gracias por tu comentario. Es importante incidir en que las personas tenemos el deber y la dicha de disponer nuestros brazos hacia la ayuda y cooperación con los semejantes.
Un gran abrazo!!