¡NO HUYAS!


¡NO HUYAS!

¡Por qué duermes! Acaso crees que el sueño es un refugio adecuado. Te confirmo que no es así. La realidad permite la quietud, la rapidez, el grito, mutismo o sorpresa. Ensalza el humedecer la defensa, con aliados, estrategias, venenos, conjuras y mentiras. Un plantel de opciones que el sueño, convertido ya en pesadilla, sólo avanza en una posible dirección: hacia el despertar.

Dónde... ¡No escaparás!

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