Nada que decir.


El semáforo se pone en verde, dando paso a una marcha de cuerpos en proyección hacia delante. Ella se lo piensa y decide dejar pasar el tiempo goteando. Consulta al forro de su gabardina y al fondo de sus zapatos. Alguien camina delante de ella, observándola con descaro.

Muda de color el semáforo.

"Hola, hola!"Unos zapatos híbridos entre juvenil y adulto se detienen frente a los suyos, que inmóviles debaten entre ellos si pisar la primera línea del paso de cebra.

Silencio entre ellos; él buscando su cara para encontrar que su saludo no ha caído al suelo resbaladizo, dirección a las gotas de lluvia, aunque patina peligrosamente por el chubasquero, habituado a servir de tobogán de miradas ajenas.

"Hola,hola" Parece que la vida, a veces, te repite las cosas para que tomes una decisión meditada en un intervalo secuencial que permita fijar tu mente en el objetivo más próximo.

Ella deja de rehuir su mirada. Él tiene que tragar saliva y timidez para continuar hablando.

" Perdona, disculpa, puedo hablar contigo?"

Pupilas ansiosas se cuelgan de sus pómulos y se descuelgan hacia los labios, ante su rostro atento, tratando de vislumbrar, antes de que suceda, la magia adivinatoria de una respuesta afirmativa.


"No. ( suspiro ) Yo ( énfasis en voz baja ), no tengo nada de qué hablar"

Comentarios

Cristina Ferreiro ha dicho que…
wau, vaia final.
paréceme xenial!
Susi DelaTorre ha dicho que…
Grazas,cristinha.Os encontros é o que teñen...

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