CUERPOBOSQUE
CUERPOBOSQUE Consumiendo bosques me encuentro. Así no rumorea mi sombra, el aire tuyo. Así de flaca, huesuda, aletargada e inconexa. El humo ante tu aliento me desplaza hacia atrás. No retroceder es obligatorio. El peso de mi desnudez revolotea, infusionando con helio los tobillos. Nunca levitaré con tal método. Delgadez contraria al ropaje, que tronza el misterio del satén. La gasa de velo rasgada en tu bronco cantar. Cortocircuito de luz en tus pestañas. Metida estoy en medio de un arbusto con púas ponzoñosas. Salir libre de lágrimas sería lo propio. ¿Posees víveres en algún ventanal restaurado que me niegas? ¿Posees jeroglíficos tintados en tus piernas? Crujes con eco de viento que fuerza una puerta carcomida. Pero yo deseo ser laminada entre tus púas de invierno. El madero añejo que tallas y mimas. Milhojas grises y blancas para que el tiempo de calendario sea murciélago sin tropiezo. Para que mi cuerpo sea guarida en corazón abierto. Romperme en cantos al sendear montaños