No sientas...(Fin)

No sueñes.
El camión llegó. La verja estaba levantada, desde tempranas horas, aquél día nublado, amenazando lluvia. Bajó el conductor y abrió las portezuelas a la curiosidad y al húmedo ambiente. Venía con acompañante. Entre los dos, a golpe de celdillas metálicas, abrieron el comercio, dejando sobre la acera bultos, reconocibles unos y de figuras inimaginables en contenido otros. El cristal se había vuelto opaco, gracias a los papeles exteriores de envoltorio, y ahora ocultaban lo que no querían enseñar.
Colocaron verticales, unas figuras, rectas como un pequeño ejército. Envoltorios encintados, tristes en su encierro, en su privación sensorial, con un universo interior intacto por su condición.
Sólo una de esas figuras, la de rasgos más finos, tenía la cara descubierta, la última en embalarse, no había llegado la cantidad de papel, y qué importa, hombre, déjala así.
Y así quedó, con sus ojos sin párpados, con el caucho o poliuretano de su frente a la intemperie; acaso alguien sabe de qué están hechos los maniquíes que nos rodean? mientras los hombres se afanaban en que la furgoneta tragase el desayuno, el primer encargo del día.
El maniquí miraba directamente a la intersección que había sido su mundo, su horizonte tantas veces contemplado.
Se despidió del escaparate de la zapatería, del colegio tragón de pequeños mochileros impacientes, del banco de rígidos horarios, de las jaulas invisibles desde dónde los ejemplares que habían servido de modelos para darle una identidad, mejorada eso sí, la veían todos los días.
Y echó de menos una despedida, con aquél que llevaba con firmeza, pero cariñosamente, a sus satélites orbitales, ahora más sonriente, más ágil, ahora más libre...
El la miró. Ella estaba segura.
Comenzaba a llover de nuevo, sobre las calles. Una gota cayó sobre la mejilla, insensible plástico, de la gigantesca muñeca.
De qué están hechas las maniquíes?..
De qué están hechos los sueños?...
No habló, no dijo nada.
No pienses, le dijeron, no sientas, y por favor, no sueñes,
Sobre todo, no sueñes!!
Al inclinarse para cargar con aquella figura, uno de los hombres reparó en la gota de agua, y, con ternura, se la secó con cuidado.
El camión arrancó.
El barrio sintió extrañeza ante el hueco del que había sido un órgano más en su cuerpo de cemento y cristal.
Luego, ante la suciedad creciente de la red, ante la inmovilidad de sus goznes dormidos en el regazo de las bisagras acogedoras, se acostumbró.
Un hombre quedó inmóvil en la acera, viendo alejarse al transporte serigrafiado, hasta que desapareció en la lejanía del tráfico, en medio de los semáforos, de los pasos de cebra, de los perfiles urbanos.
Luego, bajo la lluvia, dio media vuelta y se marchó.
Pensó que se acostumbraría.
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El camión llegó. La verja estaba levantada, desde tempranas horas, aquél día nublado, amenazando lluvia. Bajó el conductor y abrió las portezuelas a la curiosidad y al húmedo ambiente. Venía con acompañante. Entre los dos, a golpe de celdillas metálicas, abrieron el comercio, dejando sobre la acera bultos, reconocibles unos y de figuras inimaginables en contenido otros. El cristal se había vuelto opaco, gracias a los papeles exteriores de envoltorio, y ahora ocultaban lo que no querían enseñar.
Colocaron verticales, unas figuras, rectas como un pequeño ejército. Envoltorios encintados, tristes en su encierro, en su privación sensorial, con un universo interior intacto por su condición.
Sólo una de esas figuras, la de rasgos más finos, tenía la cara descubierta, la última en embalarse, no había llegado la cantidad de papel, y qué importa, hombre, déjala así.
Y así quedó, con sus ojos sin párpados, con el caucho o poliuretano de su frente a la intemperie; acaso alguien sabe de qué están hechos los maniquíes que nos rodean? mientras los hombres se afanaban en que la furgoneta tragase el desayuno, el primer encargo del día.
El maniquí miraba directamente a la intersección que había sido su mundo, su horizonte tantas veces contemplado.
Se despidió del escaparate de la zapatería, del colegio tragón de pequeños mochileros impacientes, del banco de rígidos horarios, de las jaulas invisibles desde dónde los ejemplares que habían servido de modelos para darle una identidad, mejorada eso sí, la veían todos los días.
Y echó de menos una despedida, con aquél que llevaba con firmeza, pero cariñosamente, a sus satélites orbitales, ahora más sonriente, más ágil, ahora más libre...
El la miró. Ella estaba segura.
Comenzaba a llover de nuevo, sobre las calles. Una gota cayó sobre la mejilla, insensible plástico, de la gigantesca muñeca.
De qué están hechas las maniquíes?..
De qué están hechos los sueños?...
No habló, no dijo nada.
No pienses, le dijeron, no sientas, y por favor, no sueñes,
Sobre todo, no sueñes!!
Al inclinarse para cargar con aquella figura, uno de los hombres reparó en la gota de agua, y, con ternura, se la secó con cuidado.
El camión arrancó.
El barrio sintió extrañeza ante el hueco del que había sido un órgano más en su cuerpo de cemento y cristal.
Luego, ante la suciedad creciente de la red, ante la inmovilidad de sus goznes dormidos en el regazo de las bisagras acogedoras, se acostumbró.
Un hombre quedó inmóvil en la acera, viendo alejarse al transporte serigrafiado, hasta que desapareció en la lejanía del tráfico, en medio de los semáforos, de los pasos de cebra, de los perfiles urbanos.
Luego, bajo la lluvia, dio media vuelta y se marchó.
Pensó que se acostumbraría.
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Comentarios
Gracias por tus palabras, Agua!
Besos de maniquí!
y echando la vista atrás, en su conjunto, muy muy triste
me emocionó especialmente el detalle de la lágrima... perdón, la gota que cayó en su mejilla y cuando el hombre "con ternura, se la secó con cuidado"
Un abrazo!
Nada se escapa a las cadenas de la realidad.
Besitos.
El titulo...NO SIENTAS te diria sin duda alguna que es todo lo contrario a lo que TU haces sentir a cada una de las personas que te leen.
Felicidades ESCRITORA
No puedo pedirte que sea mejor es casi imposible y si alguien lo consigue seras TU
Pasajera, un poco triste, sí.
_Un bico!!
Alguna vez se soñarían! Merce, todos necesitamos idealizar y fantasear. Es sano para la mente y necesario para seguir con la realidad, no?
Elen, estoy contigo en que era el mejor final. No se puede divagar tanto. Un abrazo !!
Anónimo...¿verdad que soy la escritora de relatos que te pilla más cerca? Un besazo de esos que tú sabes, de sentir!!
Me encanta como plasmas descripciones, da la sensación de estar caminando por la calle contemplando cada cosa y sintiendolo a la vez.
Una gran escritora sí señor!
Un beso : )
Oscar, gracias...gracias...
UN BESAZO!!!!!
Un besazo.
Besos.
Me alegraría que viajases hasta aquí de vez en cuando, sería como tener un trocito de esa tierra.
Un beso indómito,
cazador de Ocasos!!
Recibe un GRAN SALUDO
y la BIENVENIDA !!
estoy feliz con tu llegada!
A ver si con ella dejas algo de maestría en esta papelera.
Quién fuera la tuya, debe contener cosas buenísimas...
Un besazo, Alatriste!
Creativa.
Un beso y gracias por tu visita a mi momento
Un gran saludo!